Ya desde hace tiempo en la política nacional algunos de los temas que mas discusiones vienen fomentando la escritura tanto en blogs, como artículos e incluso libros son el carácter del kirchnerismo, su relación con la juventud y la militancia. Desde los post Apuntes sobre el poder real bajo el kirchnerismo y Del «Nac&Pop» a la restauración (leyendo desde Gramsci al kirchnerismo) algunos compañeros vienen aportando a pensar el carácter del Kirchnerismo, su rol luego de las jornadas del 2001 y el “poder real” sobre el cual descansa gobierno (no sin contradicciones). En uno de estos posts Matias Maiello decía que “podemos sintetizar la estructura del poder organizado del peronismo que sustenta al gobierno de Cristina como el gobierno de la “Triple B”: de la burocracia sindical, los barones (municipales y provinciales) y la Bonaerense (como exponente máximo del papel de las policías provinciales).”
El post de hoy surgió como combinación de pensar que con la crisis de sucesión en el kirchnerismo, la ruptura con Moyano y la insubordinación que surgió desde Gendarmería (fuerza estrella de los K) la “triple B”, aunque sigue siendo el “poder real” del gobierno muestra cada vez más sus límites (crisis estratégica). En este marco cada vez es evidente la debilidad del gobierno kirchnerista para sostener un relato que tiene como uno de sus principales sostenes un perfil “progresista”, que muestra al gobierno como punta de lanza en materia de DDH, y también un relato que muestra a Néstor y Cristina como los impulsores y fomentadores de una nueva “juventud militante”. Todo esto en una coyuntura donde el #8N y el #7D están presentes en todas las discusiones políticas, que sumado a la posibilidad de un paro convocado por Moyano/Micheli marcan prácticamente lo que será la agenda política de acá a fin de año, y, como hoy escribe Juan Dal Maso, con el telón de fondo que “tiene que ver con la forma que asume el peronismo en su relación con el movimiento obrero en esta situación histórica.”
Los limites de carne y hueso del progresismo K, y la militancia juvenil
Ayer entre la lectura de una nota titulada El campo de los explotados, del principal diario de la Korpo, que habla sobre “el rescate” 102 trabajadores que fueron liberados de un trabajo en condiciones de esclavitud en una empresa radicada en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles (tierra cuyo intendente es un Barón K), escuchando el excelente trabajo de los Compañeros de Pateando el Tablero con una edición especial sobre la vida de los trabajadores del NOA, y mascando rabia mientras escuchaba estas historias de vida a la vez que brotaba entusiasmo, pensaba que hay otras “tres B”, o mejor dicho que existen “los tres B” que contradicen claramente el discurso “progre” del gobierno, pero de las cuales el kirchnerismo no solo no se avergüenza sino que son parte importante de su actualidad política y que hoy muestran en carne y hueso una parte de los limites que tienen los K para levantar una juventud militante que entusiasme a la juventud de manera más amplia que lo que hacen las organizaciones rejuntadas en “Unidos y Organizados”.
La primer B es Pedro Blaquier, quien el 20 de julio de 1976 comando a los militares en la detención y secuestro de 400 personas de los cuales 35 fueron desaparecidos (por eso está acusado por crímenes de lesa humanidad). Blaquier es todo un símbolo de los empresarios que la “juntan con pala” a los que tanto le gusta defender a Cristina. Por eso es que los favores materiales del kirchnerismo, como la exención de impuestos o la negativa de Carlos “amigo de Pedraza” Tomada a darle fueros sindicales a los delegados de Ledesma fueron varias veces retribuidos con las declaraciones del mismo Blaquier con “poemas”(¿?) y frases del estilo de «pocos gobiernos como el actual han defendido tanto a la industria nacional» o “Por eso soy cristinista/y nada me hará cambiar/soy cristinista a rabiar/y un convencido activista”.
En todo caso el mito de la redistribución de la riqueza y la defensa de los trabajadores no solo cae con estadísticas sino escuchando las nefastas declaraciones de Pedro Blaquier y contrastándolas con las biografías de los trabajadores y trabajadoras que dejan su corta vida en los campos del genocida.
Partimos de definir que es una contradicción bancar “por izquierda” un gobierno que es defendido por empresarios como Blaquier o De Mendiguren, ya que como todo el mundo sabe si ellos ganan son los trabajadores los que pierden por algún lado. Hoy la votación de la nueva ley de ART (con el apoyo del PRO) bien le vale a Cristina algo más que un poema.
La segunda B también tiene una ligazón bastante directa con Blaquier ya que si fue él quien dirigió la operación del “apagón” de Ledesma su fuerza material fueron las FFAA. Y si el discurso kirchnerista intenta seducir a los jóvenes a la militancia con un discurso contra los genocidas del ´76 no se va muy lejos si vemos que hoy es Sergio Berni el Secretario de Seguridad. Para quienes no saben Berni es en el segundo gobierno de Cristina el encargado de empezar a aplicar la “sintonía Fina en las calles”, como lo ha demostrado bajando en helicóptero a la Panamericana para desalojar una de las tanto “nunca reprimidas” protestas de los trabajadores de la 60. Sergio Berni, quien por lo bajo, molesta bastante al progresismo K que sin embargo terminan bancado, fue parte del levantamiento carapintada de 1987 que finalizo con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Con progresistas así quién necesita a Macri para mantener el orden?
Entonces, vamos hilando, mientras el gobierno tiene como estandarte y les da “la pala y la plata” a empresarios y empresas que fueron cómplices e impulsores del genocidio de clase iniciado en el ´76 (podríamos hablar de las automotrices como otro caso emblemático) pone como encargado en las calles de la seguridad a un carapintada… Así nadie puede extrañarse del entramado entre la burocracia sindical y la policía en el asesinato de Mariano Ferreira, en la desaparición de Solano, o de Julio Lopez.
La última de las tres B, y que completa esta trilogía del discurso “progresista y Nac&Pop”, es Amado Boudu. Esté “nene bien” lejos de los barrios (salvo de Puerto Madero y Barrio Parque) y con una escuela política como dirigente de la UPAU de Mar del Plata (agrupación universitaria de derecha ligada a la UCéDe) probablemente exprese mucho mejor lo que realmente está tras el telón de fondo de la militancia en “unidos y Organizados”: carrerismo, venta de principios al mejor postor, y un discurso progresista que no resiste el menor archivo o análisis un poquito serio.
Desde ya que hoy existe un sector, no muy numeroso pero existente al fin, de jóvenes que militan en las organizaciones de “Unidos y Organizados” que “poniendo en la balanza lo bueno y lo malo” del gobierno comprando una supuesta batalla contra el neoliberalismo deciden ponerle el cuerpo a la política del gobierno de alguna u otra manera. Ahora, es más que claro que hay que tener una balanza un poco “adulterada” para pensarse como militante progresista (ni hablar de algo más) y ser un “unido y organizado” junto a estos personajes de las “tres B”.
En este sentido tomamos del post de Fernando Rosso, La juventud, la política y la obstinación reformista (ni buena, ni mala…simplemente incorregible), en debate con el nuevo libro de Natanson «¿Por qué los jóvenes están volviendo a la política? De los indignados a La Cámpora«, un pequeño extracto que dice: “Consumidores de poder, mucho más que hacedores, según una buena definición tomada de Martín Rodríguez. La repolitización de la juventud es mucho menos producto de la voluntad política del kirchnerismo, que de la etapa abierta por el 2001. Y los límites de las juventudes, tanto del alfonsinismo, como del kirchnerismo, están en el carácter de esos movimientos políticos: progresistas (según la definición pro-positiva de Natanson); y en tanto progresistas, conservadores (según nuestra definición).”
Son las “tres B” del “poder real” del kirchnerismo y en otro nivel “los tres B” que comentamos acá, como botón de muestra de lo endeble del discurso K para la construcción de una juventud militante que entusiasme a miles de jóvenes que hoy ven la militancia con “respeto” o interés y que los lleva a plantearse “¿por qué vale la pena militar?”.
Pero claramente que el kirchnerismo tenga grandes limites para forjar una juventud militante es solo un hándicap que hoy tenemos los jóvenes que abrazamos las ideas de la revolución bajo las banderas del trotskismo para avanzar mucho más, pero de ninguna manera quiere decir que los jóvenes que hoy militan de alguna u otra manera van a decantar por una opción revolucionaria.
Para que esto suceda el papel subjetivo que hoy intentamos llevar adelante desde la Juventud del PTS es un factor clave para que nos multipliquemos los que respondemos a la pregunta de “¿por qué vale la pena militar?” partiendo de sufrir y compartir el sufrimiento de lo insoportable que se hace la vida en los ingenios o en los talleres textiles, de ser los que dejamos la vida en las fabricas haciendo horas extras para poder llegar a fin de mes y entonces la vida poco vale porque no tenemos tiempo más que para recuperarnos de la jornada de trabajo y volver a la fabrica, porque somos las mujeres que peleamos por el derecho al aborto y contra el patriarcado pero desde una óptica de clase, o porque somos los estudiantes que nos solidarizamos con estas luchas y nos hermanamos con la clase trabajadora porque entendemos que es de esta clase que depende que el mundo sea otra cosa.
Porque se trata también de saber que la posibilidad de un mundo sin explotados ni explotadores no es un camino color rosa, pero tampoco es una utopía, como nos quieren hacer creer las patronales, el Estado y sus portavoces.
Porque hoy esas batallas son concreta y preparatorias para nuevos y cada vez mas grandes desafíos, y por eso levantamos el movimiento “Cosiendo conciencia”, un gran movimiento contra la precarización laboral y la discriminación que hoy existen especialmente en los talleres textiles; por eso damos la pelea en las fabricas, colegios y universidades por construir una juventud que tomes estas tareas entre tantas necesarias, Como por ejemplo lo hicimos hoy presentando (Junto con el espacio Memoria, Verdad y Justicia) una denuncia contra el Secretario del Seguridad Berni por los delitos cometidos contra los compañeros detenidos y privados de su libertad en el ex centro clandestino de detención Campo de Mayo el día 30 de agosto de 2012. Es necesario levantar frentes únicos que salgamos a enfrentar el giro a derecha del gobierno que quedo claramente expresado con “proyecto X”, con la serie de represiones que viene habiendo a los trabajadores que salen a luchar (Tabacal, petroleros), y para frenarle la mano a los pedidos de prisión para como para Javier «Poke» Hermosilla y Oscar Coria, referente de la Comisión Interna de Kraft.
Estos procesos de organización y de defensa de los luchadores tienen sus objetivos inmediatos pero siempre con una unidad de propósitos: la disputa por ganar a lo mejor de la juventud y los trabajadores para un proyecto político emancipador de la humanidad. Hoy esta pelea está hoy abierta y en ella estamos.